La reforma educativa dominicana
Los retos actuales están golpeando duramente la esencia misma de la educación. Se hace necesario reexaminar y reemplazar supuestos nunca antes cuestionados. En esta urgente tarea, el libro ¡Basta de Historias!, de Andrés Oppenheimer, constituye una valiosa agenda documentada para el debate sobre el mejoramiento de los sistemas educativos de Latinoamérica. Escrito por un periodista y no por un especialista en educación, hace más ágil la comprensión del tema, al tiempo que resulta más crítico y abarcador. Comienza destacando que uno de los principales problemas de los países latinoamericanos es la incapacidad para ingresar plenamente en la economía del conocimiento del siglo XXI. Vivimos "mirándonos el ombligo -afirma- las autoridades educativas de la mayoría de los países latinoamericanos sufren de ceguera periférica. El autor presenta doce claves para una nueva educación, que bien pudieran resultar de utilidad cuando se avecina una reforma educativa en el país.
1. MIREMOS HACIA ADELANTE. La "fijación" latinoamericana con la historia nos está restando tiempo y energía para concentrarnos en el futuro. Hay que aprender de la India, China y otros países que, además de recordar con orgullo sus historias milenarias, asumen el futuro como una obsesión. Urge romper nuestra ceguera periférica, y "mirar menos al espejo y más por la ventana".
2. HAGAMOS DE LA EDUCACIÓN "UNA TAREA DE TODOS". La mejora de la calidad educativa no se logrará con la intervención exclusiva de los gobiernos. Para que los gobiernos inviertan en más y mejor educación, deben surgir coaliciones de organizaciones no gubernamentales que fijen metas concretas, y exijan su cumplimiento.
3. INVENTEMOS UN "PIB" EDUCATIVO". Son muchos los economistas que consideran que el crecimiento económico por si solo no va a erradicar la pobreza, a menos que vaya acompañado de una mejora significativa de la calidad educativa. Si no se mejora la educación de los sectores marginados de la sociedad, difícilmente los latinoamericanos tendrán acceso a buenos empleos y a una mejor calidad de vida, por más que mejore la economía.
4. INVIRTAMOS EN EDUCACIÓN INICIAL. La mejor inversión en educación es la que se enfoca en el nivel inicial. En el primer año de vida, el cerebro de un niño se duplica en tamaño. Es como una esponja que absorbe información, si se provee de la estimulación temprana adecuada. En esa etapa, la educación constituye una ventana de oportunidad que si se pierde es muy difícil recuperarla después.
5. CONCENTRÉMONOS EN FORMAR BUENOS MAESTROS. Todos los estudios internacionales sobre el mejoramiento de la calidad educativa llegan a la conclusión de que los mejores sistemas educativos del mundo son aquellos que elevan la calidad de los maestros. Los maestros poco capacitados tienen un impacto negativo profundo en el aprendizaje, especialmente durante los primeros años de escolaridad.
6. DÉMOSLE ESTATUS SOCIAL A LOS PROFESORES. Resulta imposible atraer a los mejores estudiantes para que se dediquen a la docencia, si no tienen el estatus social de otros profesionales y ganan salarios de hambre. Cualquier sistema educativo que no asume este elemento con un mayor compromiso está condenado al fracaso. Muchos países así lo han asumido.
7. OFREZCAMOS INCENTIVOS SALARIALES. Es válida esta experiencia. El presidente Obama está revolucionando el sistema educativo de los Estados Unidos mediante un programa de estímulos salariales "Carrera hacia la Cima", que consiste en otorgar incentivos salariales a los profesores, según los resultados que obtengan sus alumnos en los exámenes estandarizados internacionalmente. Se dedica a este programa el 1% del presupuesto nacional para educación.
8. HAGAMOS PACTOS NACIONALES. Una de las materias pendientes en Latinoamérica, y una de las más urgentes, consiste en llevar a cabo pactos nacionales entre los principales partidos políticos para realizar profundas mejoras educativas y garantizar la continuidad de las mismas.
9. FORJEMOS UNA CULTURA FAMILIAR DE LA EDUCACIÓN. Crear esa cultura de la educación no es una tarea difícil. Puede ser desarrollada gradualmente mediante buenas campañas mediáticas que incentiven el éxito en los estudios. Es necesario involucrar a los padres y familiares de los estudiantes en el aprovechamiento de la escuela y la importancia de destacarse en los estudios.
10. ROMPAMOS EL AISLAMIENTO EDUCATIVO. Hay que procurar que los profesores y estudiantes se pongan en contacto con otros pares de otras culturas, de las cuales se puedan asimilar progresos posibles. Esto es válido también para el nivel universitario.
11. ATRAIGAMOS INVERSIONES DE ALTA TECNOLOGÍA. El progreso tecnológico no se da al azar, es el resultado de políticas gubernamentales que posibilitan las inversiones extranjeras en alta tecnología, las cuales a su vez demandan de recursos humanos calificados. Supone también que las instituciones de educación superior enfaticen la formación en ciencias aplicadas e innovación.
12. FORMEMOS " EDUCACIÓN INTERNACIONAL". Se requiere de una organización internacional no gubernamental que presione a los gobiernos en materia educativa, similar a lo que hace Transparencia Internacional en materia de corrupción. Las evaluaciones internacionales, tales como PISA, deben despertar preocupación en los gobiernos y en los diferentes sectores de la sociedad.
Hace falta -advierte el autor- "que todos los hombres y mujeres de todos los sectores se involucren de lleno en la construcción de una cultura de la educación y fundemos organizaciones civiles pluripartidistas que presionen a los gobiernos -yo agregaría, y colaboren con ellos- para mejorar la calidad educativa. No hay tarea más urgente para el futuro de nuestros países y de nosotros mismos". ¡Hagamos nuestra la advertencia y convirtámosla en compromiso. Ahora!
DIARIO LIBRE