En estos tiem­pos de estar en casa, es propi­cio recomen­dar y comen­tar algunas de las ofertas que pueden encontrarse en los servicios de cable y streaming.

“Muñeca rusa (1 tem­porada, 2019- )”: el juego de viajes en el tiempo que tanto decepcionó en la se­rie “Maniac”, aquí funcio­na. Primero por el virtuo­sismo de los diálogos y sus muy graciosos diálogos que enamoran desde el primer capítulo, es simplemente brillante. La serie es lidera­da con el estilo de Natasha Lyonne (de Orange Is the New Black), Amy Poehler (Saturday Night Live) y Leslye Headland.

La linea argumental po­dría desconcertarte en los primeros episodios porque se acercan más a una pa­radoja metafísica cada vez más compleja que a una  metáfora de lo imposible.

Pero de nuevo el juego llega al final con ese equi­librio entre lo cómico y lo dramático que deja un buen  sabor. Deseando que las creadoras se animen con otra temporada para ver­la de una sentada.

Black Mirror

Cuesta encajar Black Mi­rror en una clasificación de “serie de television”, porque hay capítulos que merecerían luchar por ser un largometraje (San Junipero, Shut up and dance) y otros que la sacarían a patadas de la lista. Los primeros tres episodios fueron los pri­meros puñetazos en la cara del espectador, los siguientes marcan esa irregularidad que camina sobre la cuerda floja en­tre la genialidad y el ab­surdo ambicioso.

La cuarta temporada cuenta con los hallazgos más profundos, gracias a una apertura a nuevos géneros y, sobre todo, a un acercamiento más hu­mano, más ‘de verdad’, a los conflictos que plantea la tecnología.

El juego de Banders­natch es muy interesan­te a nivel técnico… Y de los tres últimos episodios hay críticas para todos los gustos.