Últimas noticias y estrategias frente al coronavirus
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- Por: OPINIONSURSUR -
Artículo: Últimas noticias y estrategias frente al coronavirus
Finalmente, los científicos y políticos (y la economista dominicana Regina del Rio) comienzan a comprender lo que hemos venido proponiendo desde que se inició esta crisis en enero, cuando cuestionamos que se copiaran las estrategias extranjeras para el coronavirus, destacando la necesidad de desarrollar una estrategia adaptada a las realidades de nuestro país, su sistema de salud, su composición social, y su estructura económica. Ahora, dos meses después, surge una nueva realidad del coronavirus que validan nuestra propuesta: La necesidad de tomar en cuenta la crisis económica derivada del virus para priorizar y enfocar las estrategias frente a la pandemia. Varios artículos publicados en los dos últimos días así lo reflejan.
Las declaraciones del doctor Trillo, un experto español aparecidas en el periódico ABC, refiriéndose a los cierres totales, así lo reflejan. Igualmente, las declaraciones a Fox News de Trump sobre la necesidad de reabrir la economía, y las del gobernador Cuomo de New York, quien luego de cerrar la ciudad ahora recula quejándose del perjuicio económico de esa medida sobre los ciudadanos porque puede ser tan, o más, dañino que la misma crisis de salud. Los artículos confirman y realzan esta nueva realidad, y surgen ejemplos destacados; Suecia y Corea del Sur, ambas sin cerrar el país entero han logrado sortear la crisis. Para nuestro país, propusimos tres objetivos estratégicos:
1. Primer objetivo. ¿Cómo logramos, con cuales criterios y prioridades, la menor cantidad de muertes posibles, ante el hecho fundamental de que no contamos con suficientes recursos humanos o económicos?
2. Segundo objetivo. ¿Cómo logramos que el tejido social de los más vulnerables, se les garantice la comida, y la cadena alimentaria que proviene de la agricultura y ganadería, y en el caso de la población que trabaja y que pueda ver sus ingresos disminuidos, que mantengan un nivel mínimo durante el periodo de crisis que les permita comprar alimentos y cubrir sus otros gastos básicos?
3. Tercer objetivo. ¿Bajo cuales criterios definimos los “sectores y áreas estratégicas”, y cómo nos preparamos para que el impacto sobre nuestra economía sea el menos dañino posible, y preservar hacia el futuro aquellas actividades que son prioritarias en términos de empleos, divisas, y de rápida recuperación después de la crisis? Se tiende a minimizar los efectos económicos ante los humanitarios. Sin embargo, la crisis económica puede ser tan perjudicial –en términos de salud– como la de salud por sí misma. Esto fue lo que Cuomo y los demás reconocieron ayer.
Esta crisis no tiene precedentes es en sus efectos económicos; Normalmente las recesiones, han surgido de “shocks” que en su inicio afectan primordialmente a la economía financiera, con contracciones violentas de liquidez y crédito, que a la vez conducen a la disminución o cierre de actividades económicas. Esos fueron los casos en el 2008 y del 1929. En la actual crisis se están afectando, al mismo tiempo, tanto a la oferta como la demanda de bienes y servicios reales, además de la financiera. Las respuestas de los gobiernos, incluyendo el primer discurso de nuestro presidente, han sido dirigidas a facilitar la liquidez a las empresas e individuos, con medidas monetarias y fiscales al estilo keynesiano. Estas medidas funcionan cuando hay capacidad de respuesta, que no es el caso nuestro. No se va a responder con más gasto, ni con más oferta. El estímulo de la demanda derivado la expansión es incierto: si se aumenta el dinero que la gente tiene en sus bolsillos, pero no puede gastarlo porque todos los negocios están cerrados, ¿de qué servirá? De muy poco, generará tensiones inflacionistas.
El último discurso del Presidente Medina contiene ya elementos concretos de focalización y prioridades, es un gran avance. Las nuevas medidas, tratan de garantizar la comida y los ingresos de los más vulnerables: Lo más importante fue el anuncio de la distribución de alimentos, que implica preservar la cadena alimentaria nacional. Insistimos que debe ser llevado a cabo por una sociedad entre los ayuntamientos y las iglesias (saben los barrios marginales donde se necesita) con ayuda de las fuerzas armadas, para hacer más eficiente y menos política la medida.
Se está generalizando la idea de utilizar los fondos de pensiones privados (las AFP) para financiar soluciones a la crisis. Esta medida debe ser estudiada cuidadosamente, porque si los fondos de las pensiones se ponen en manos políticas -aun cuando pueda ser justificado por una emergencia- terminaremos quebrando el sistema de pensiones, que es propiedad de los aportantes; Por esa razón actualmente la ley de pensiones impide la medida, habría que modificarla y el Estado entonces deberá garantizar el retorno de esos recursos al sistema.
Ante una realidad económica cierta, nuestra escasez de recursos económicos y humanos, es necesario racionalizar y establecer prioridades para más eficientemente distribuir esos recursos. Salvar vidas es la primera prioridad. Pero las nuevas estrategias implican focalizar, las medidas de salud y las económicas, juntas, en un sutil e inteligente equilibrio, con prioridades claras porque no podemos enfrentarlo todo de un golpe. En adición a salvar la mayor cantidad de vidas, debemos seguir con actividades económicas estratégicas que son las que generan más empleos: la agricultura, y ganadería (bastiones de la cadena alimentaria), las zonas francas, el transporte, la construcción, y servicios que pueden llevarse a cabo con protección de la salud, como las ventas en farmacias, supermercados y colmados, los entregas de comida y otras mercancías, y atender la infraestructura de turismo para que se recupere lo antes posible, aparte del gran empleo directo e indirecto que genera, es nuestra principal fuente de divisas.
Al final del camino será un hecho que gran parte de la población será infectada con efectos leves o asintomáticos, se creará la inmunidad generalizada, y se hallarán curas y vacunas. Mientras tanto el resto de la población más sana seguirá trabajando productivamente si las condiciones de trabajo, y un Estado que preserve el empleo y los sectores estratégicos, se lo permiten. Paralizar casi toda actividad la económica, generará más muertos, y una trágica e irrecuperable ruptura del tejido social.