Cuántas personas están des­esperadas necesitando una oración que los levante, los sane, los liberte; y nosotros que somos conocedores de la Palabra no lo hacemos. Preferimos mantenernos al margen de la situación e ig­norar lo que está pasando por temor a que nuestra ora­ción no sea eficaz.

Dios para sanar solo ne­cesita que ores con fe. Esta última significa confianza y seguridad de que lo que ha­cemos dará resultado, por­que a quien se lo pedimos tiene todo el poder en los cielos, en la tierra y deba­jo de la tierra. No abra­ces el temor, porque Él es quien hace todas cosas, y por medio de nosotros es que se manifiesta