La obesidad se convierte en un factor de riesgo que lleva a malos pronósticos en pa­cientes con Covid-19, por lo que bajar de peso, debe es­tar dentro de las medidas de prevención y protección que debe primar entre los domi­nicanos frente a esta enfer­medad.

Así lo afirma el neuroci­rujano José Joaquín Puello, quien aconseja evitar el con­sumo abundante de comi­da, poniéndose como meta, comer sólo la cantidad que quepa dentro de la mano, y evitar el sobrepeso con la misma intensidad con que se deben llevar las medidas de uso de mascarillas, el lavado de manos y el distanciamien­to a seis pies.

Asimismo, para evitar re­brotes en los actuales mo­mentos en que el país ha iniciado una apertura de su economía y comercio casi total y reducido las horas de restricciones de movilidad, el especialista de la neurocien­cia sugiere poner en marcha campañas educativas tan constantes y permanentes que se queden en el cerebro de las personas.

El doctor Puello se refi­rió al tema al participar co­mo invitado en la “Cita con el Covid” que transmite ca­da lunes a las 9:00 de la no­che listindiario.com, condu­cido por el director de Listín Diario, Miguel Franjul, y la pe­riodista especializada en Co­municación en Salud, Doris Pantaleón.

Recuerda que aparte de las acciones de las autorida­des, para garantizar el con­trol de la epidemia se nece­sita que la población juegue su papel de prevención, con­juntamente con todos los de­más sectores de la vida na­cional, porque luchar contra la pandemia es una respon­sabilidad personal y la “ca­rreta debe ser empujada por todo el mundo”.

“De todas las comorbilida­des que nosotros tenemos que cuidar, está la obesidad por­que es la más terrible contra el virus, el porcentaje más al­to de los que han muerto es­tá dentro de los pacientes con obesidad, por lo que mientras el virus esté se debe comer po­co, usar como medida lo que cabe en la mano”, recalcó.

10% presenta secuelas
Dijo que el peligro del virus es­tá presente y no hay forma de que ningún país pueda esca­parse de eso y que República Dominicana debe prepararse para rebrotes tal como ha ocu­rrido en otros países que han tenido que retomar las medi­das restrictivas.

Detalló además que se esti­ma que el 10% de los que han salido de infecciones impor­tantes por Covid quedan sin­tomáticos con secuelas en el pulmón, pero que se debe en­tender que es un virus que ata­ca los demás órganos como pulmón, corazón, riñones y el cerebro, entre otros. Estudios preliminares indican, señaló, que hay pacientes que toda­vía a los cuatro meses de ha­ber superado el Covid tienen síntomas.

Morir solo es horroroso
Dijo que lo ideal es cuidarse para evitar enfermar, agravar­se y morir, “porque les puedo decir que morir solo, conecta­do a un tubo es doloroso, eso le crea un nudo en la garganta al médico, yo he visto a enfer­meras abrazarse al paciente que está muriendo llorando, sin ser parientes, porque es un espectáculo horroroso y dra­mático”.

La lectura que da el doctor Puello sobre los bajos indica­dores del virus del Covid en República Dominicana es que las autoridades gubernamen­tales salientes hicieron lo que había que hacer en su mo­mento y que el actual gobier­no ha seguido actuando co­rrectamente.

Mucho estigma
Expresó que en el país no hay estudios que indiquen el efecto multiplicador o conta­gio del Covid, porque hay mu­cho estigma y las personas no quieren decir cuando tienen o han tenido el virus, pero que se estima que ya hay más de un millón de dominicanos que han sido contagiados.

Actualmente la positivi­dad es de un 12% y que eso es muy bueno, a lo que se suma que cada día hay menos casos graves a causa de la enferme­dad, porque se ha ido traba­jando en el tratamiento tem­prano de las complicaciones.

Dijo que el no sentir temor y tener la falsa sensación de seguridad puede ser un revés frente al virus, por lo que la fórmula de trabajarlo es con lo que los neurocientíficos lla­man el neuromarketing que es bombardear a las personas con las cosas que llegue al ce­rebro, el estímulo llegue a la zona de los lóbulos tempora­les y actúe en consecuencia.

“Es lo llamado conducta aprendida y por eso es fun­damental que en todos los medios de comunicación se expongan los mensajes de protección recomendados, pero para eso se necesita una orden ejecutiva del Presiden­te de la República para que en todos los programas y medios de comunicaciones se colo­quen ese tipo de mensajes de manera gratuita”, dijo.

Hay esperanza
El doctor Puello se confesó op­timista frente a la lucha con­tra el Covid-19 al destacar los avances obtenidos en el cono­cimiento del virus, tanto en la elaboración de tratamientos médicos y de la vacuna que será la que permitirá una pre­vención definitiva del conta­gio con el virus.

Dijo que los países están mucho más preparados con sus plataformas tecnológicas contra enfermedades como el dengue, el zika, la chikungun­ya, entre otros, y que incluso hay investigaciones que indi­can que las personas que han tenido tuberculosis y dengue, tienen anticuerpos cruzados contra el virus del Covid-19, así como los que toman cier­tos medicamentos contra en­fermedades crónicas.

Sobre las vacunas, destacó que hay más de 150 en expe­rimentación, por lo que se es­pera que para mediados del 2021 habrá muchas, aunque hay unas ocho que están más adelantadas. Algunas serán una sola dosis y otras dos do­sis para garantizar la inmuni­zación.

Además, también llegarán anticuerpos del coronavirus, algunos de ellos podrán ser in­halados, se están trabajando pruebas diagnósticas que da­rán los resultados en 15 minu­tos, y en Finlandia hay perros que huelen el virus.

Dijo que los estudios inter­nacionales indican que la le­talidad por Covid quedará en 1.5%.

El doctor José Joaquín Puello en la “Cita con el Covid”.

POBLACIÓN
Lección de valor.
Entiende que el Covid ha dejado una gran lección del valor in­mensurable de la sa­lud, porque ha llevado a cambios en patro­nes y conductas de las sociedades. Entiende que el principal dere­cho es a la salud, por lo que se necesita ma­yor presupuesto de salud, tener mejores hospitales, personal mejor entrenado y pa­gado. Recordó que la población más afec­tada es la más vulne­rable.