La Navidad, luz de esperanza
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El nacimiento de Jesús, cuyo nombre significa, Salvador, es el acontecimiento más trascendental en la historia de la humanidad, culminando así las profesias contenidas en el Antiguo Testamento, sobre aquel Enmanuel, Dios con nosotros, que traeria Paz, Luz, Alegria y la Salvación al Pueblo escogido por Yahve. Al momento de su nacimiento, el pueblo judio estaba solo, confundido, y desesperanzado, como un rebaño sin pastor, dejado al abandono por sus lideres religiosos en un mundo de oscuridad, cuyo territorio y autoridad civil estaban ocupados por el Imperio Romano. Ese sombrío momento, fue el escogido por Dios para traer a su Pueblo la Luz de la Esperanza encarnada en Jesus, su Hijo, El Salvador, el Dios con Nosotros.
Las palabras pronunciadas por el Ángel Gabriel en sus apariciones a Zacarías, a María, a José, a los pastores, las inicia llamándolos a no tener miedo. Se introduce con Zacarías, el padre de Juan el Bautista en el anuncio de su Concepcion, con el “No temas Zacarías porque tú oración ha sido escuchada”. A María le dice; “ No temas María porque has encontrado el favor De Dios”. A José en sueño le dice; “No tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa”. Y a los Pastores les dice ; “No tengan miedo porque vengo a comunicaros una buena noticia”. En estos cuatro pronunciamientos el Ángel los invita a vencer el miedo porque han sido escogidos por Dios, a ser parte fundamental de su proyecto de Salvación. Porque ya el Espíritu Santo actúa en ellos como actuó con los discípulos el día de Pentecostes cuando los inundó con Su Gracia, quitándole el temor a morir a manos de las autoridades judías que los perseguían, y dándole el valor de pronunciar y llevar la palabra De Dios contenida en los Evangelios a todos los rincones de la tierra.
A Zacarias, el Ángel le dice que El Niño a nacer será para el;” Un Gozo muy grande”. A María la llama a alegrarse; “ Alégrate, llena de Gracia, porque el Señor está contigo”. Si Dios está contigo y tú le responde con un Si a su llamado, vivirás Alegre lleno/a de la Gracia del Espíritu Santo. En Isabel El Niño Juan el Bautista en su vientre, Salta de Alegría cuando ya siente la Presencia de Su Señor. Y María le responde que “Su Espíritu Se Alegra en Dios Su Salvador”. En los Pastores el Ángel les dice;” esa noticia será motivo de mucha alegria para todo el pueblo”. En estos versículos tomados de los evangelios de Lucas y de Mateo, se muestra el ambiente de Gozo y Alegría que ya vencido el miedo, inundaba las vidas de los que ya sabían que habían sido escogidos, y que formaban parte del proyecto Salvifico De Dios, con la llegada del Mesias esperado.
Si con la presencia del Señor ya no hay temor y sólo Alegría, entonces vivimos en un Reino de Luz, de Amor y de Paz interior, que fue lo que vino a traer al mundo El Salvador. A llenar con su presencia espiritual, ese vacío existencial con que la frivolidad, el materialismo van socavando nuestros corazones en el mundo de hoy, lleno de oscuridad y temor como en el momento en que nació Jesús. Y es Jesus la Luz que alumbra nuestras vidas, como la luz de la estrella que guió a los Reyes Magos a gozar de la presencia del Nino Dios, Al que llamaron “Rey de los Judios”. En el Benedictus de Zacarías en su último párrafo lo llama; “ el Sol que viene de lo alto nos visitará para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte.” Y es la Claridad con que la Gloria De Dios rodeo a los Pastores en el Anuncio del Angel. Gloria De Dios que trae La Paz a los hombres tal y como lo anuncio la multitud de seres celestiales que aparecieron junto al Ángel alabando a Dios Padre Creador. Solo el Amor a Dios y a los demás hermanos traerá luz y paz a la tierra, arrancando el temor y la oscuridad de nuestras vidas. Disfrutemos sanamente de estos días protegiéndonos como lo señalan los protocolos y gozando en familia de la Presencia de El Salvador encarnado en Jesús el que Vive, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Oremos con Fe para alejar la Pandemia, y que la Navidad Luz de la Esperanza que trae el Redentor al mundo, inunde y sane nuestras vidas.